Los pantalones vaqueros de colores vuelven con toda la fuerza de la nostalgia posicionándose como una de las tendencias más potentes de la próxima temporada primavera-verano 2021.

 Es una realidad, en la moda todo vuelve. Pero existen ciertas décadas concretas que inspiran a la industria con mayor vigor. Entre ellas destacan los años ochenta, y para la próxima temporada primavera-verano 2021 su retorno viene en forma de pantalones vaqueros. Sí, la prenda imprescindible en todos los armarios y famosa sobre todas las demás desde que en 1871 Jacob Davis y Levi Strauss los inventaran y patentaran, dos años después, como ropa de trabajo para los mineros norteamericanos, se ha reinventado miles de veces adaptándose a modas y tendencias que ahora, en pleno 2021, vuelve con fuerza con sabor ochentero. Para la temporada que viene las firmas de moda se inspiran en esta década para poner una nota de color en una tendencia monocromática y sencilla como es el mundo denim

Las pasarelas fueron la antesala ideal de lo que podemos esperar de la próxima temporada, y en materia de pantalones vaqueros, varias firmas apuestan por los colores vibrantes para alegrar los looks de la nueva estación. Chanel propone pantalones de tiro alto y pinza (de aire paper bag) en color rosa candy y en azul eléctricoIsabel Marant, que lleva varias temporadas apostando por el denim de color, opta para la nueva temporada por petos y monos vaqueros en tonalidades vibrantes, en Dolce & Gabbana destaca un diseño multicolor, en Alberta Ferretti se vieron diseños de tie dye en colores pastel y en Molly Goddard  unos pantalones vaqueros con flores pintadas a mano. Muchas fueron las firmas de moda que apostaron al unísono por la prenda en sus últimos desfiles, confirmando que será una de las tendencias más potentes y atrevidas de la próxima temporada.

No es una tendencia nueva, pero sí una que se repite de forma copiosa en la actualidad tanto en los desfiles y en los catálogos de nuestras firmas favoritas como en las redes sociales, donde las generaciones más jóvenes continúan obsesionándose por el regreso de las modas que más triunfaron en los años 80 y 90.

Los pantalones vaqueros de color nos hacían soñar en nuestra adolescencia de la mano de sus tonalidades alegres, su aire diferente y por el hecho de que eran uno de los favoritos de los celebrities. Y en pleno 2021 vuelven con toda la fuerza de la nostalgia para animar nuestros estilismos. El tono a elegir es cuestión de gustos. Las opciones van desde tonalidades pastel a los flúor; cualquier color es susceptible de éxito. ¿Son más difíciles de combinar que unos vaqueros clásicos? Por supuesto. Pero por pura cuestión de menor ratio de aparición, también resultan mucho más sorprendentes e impactantes. Será una de las prendas que más se verá la próxima temporada primavera-verano, pero las buenas noticias son que ya puedes adelantarte a la tendencia y comenzar a lucirlos.

 Nuestra voz es firme, pero todos juntos sonamos más fuerte. Por ello, en marzo nos sumamos al movimiento global por la igualdad y los derechos de la mujer a través de un proyecto especial.Las coloridas e inspiradoras obras de Ana Leovy protagonizan una colección cápsula hecha a partir de materiales sostenibles con la que no solo celebramos el talento femenino, sino también la diversidad, la sororidad y la naturaleza, presentes en las pinturas de la artista mexicana.

 Pese a la caída del alcance orgánico de las "stories" en Instagram, hay unos cuantos trucos para dar fuelle a las visualizaciones de las historias de esta red social.

Instagram tiene la vitola de ser una de las redes sociales más relevantes a ojos de las marcas, que la han convertido en su particular «ojito derecho» en el universo 2.0. Con más de 1.000 millones de usuarios en sus filas, la filial de Facebook es una de las redes sociales más concurridas y además quienes por allí se desfilan son usuarios de todas las edades. Aunque el 71% de los usuarios de Instagram tiene menos de 35 años, esta plataforma es cada vez más ajena a la edad y acoge en su seno a personas de todas las generaciones.

Una de las funcionalidades más eficaces (y también adictivas) de Instagram son las «stories«, de las que se valen, de hecho, no pocos «tiktokers» y youtubers para promocionar sus contenidos. Las historias de Instagram ayudan a marcas y creadores a estrechar lazos con sus fans y dan alas al diálogo.

Sin embargo, a medida que aumenta la popularidad de Instagram Stories, pegan también el estirón los anuncios que se abren paso en este formato y se reduce, por ende, el alcance orgánico de las historias.

Hay, no obstante, unos cuantos trucos para dar fuelle a las visualizaciones de las historias en Instagram. Torben Platzer los disecciona a continuación en un artículo para Horizont:

1. Uso de «stickers»

El indicador más importante por el que se rige el algoritmo de Instagram Stories es el tiempo que la gente tiene a bien dedicar a cada «story».

En función del tiempo que el usuario se detiene contemplando una historia, Instagram decide si mostrarla o no a nuevas personas (más allá de los «followers» de la cuenta que ha generado el contenido).

Al margen del tiempo que el usuario dedica a las historias, es importante asimismo que la gente se tome la molestia de contemplar varias veces idéntica «story» o que la pause incluso con los dedos para fijar su atención en ella.

Para espolear el tiempo invertido en las «stories» son muy útiles «stickers» como las preguntas, los cuestionarios o la encuestas. Todo aquello encaminado a propiciar que la gente interactúe con las historias acaba traduciéndose en más alcance orgánico.

Se trata de involucrar a la audiencia en la toma de decisiones de quien alumbra las historias y de hacer notar cómo su influencia deja huella en último término en los contenidos. Si hacemos, por ejemplo, una encuesta, lo ideal sería publicar los resultados para que la audiencia sienta que su opinión es efectivamente valorada.

2. Activar notificaciones

Desde la app de Instagram podemos activar notificaciones para estar al tanto de las nuevas publicaciones e historias de las personas a las que seguimos. Al activar esta opción recibimos notificaciones pop-up que nos alertan de que alguien ha publicado contenido de nueva hornada en la red social.

Cuando una «story» llega a ojos de mucha gente a través de notificaciones, el algoritmo de Instagram interpreta esta circunstancia como sinónimo de la relevancia de la historia en cuestión y ésta tiene, por ende, más posibilidades de abrirse paso en la sección «Discover».

Para azuzar a nuestros «followers» a que activen tan valiosas notificaciones podemos organizar, por ejemplo, pequeños concursos con el último objetivo de premiar a las personas que sean más rápidas reaccionando a nuestras «stories» (quizás en los 10 primeros minutos tras su publicación).

3. Publicar el número correcto de «stories»

Para determinar cuál es el número óptimo de historias publicadas a diario, es necesario llevar a cabo experimentos. Y lo cierto es que cada comunidad opera de manera diferente. En algunos casos la audiencia premia las historias cortas y concisas y en otras ocasiones los «followers» tienen una hambre voraz de «stories» y demandan más y más contenido.

Con los «insights» que nos proporciona Instagram es fácil determinar en qué historias aumentan las visualizaciones y en qué «stories» se desploman, en cambio, las «views».

Como regla general debemos tener cuenta que cuantas más interacciones incorporemos a nuestras «stories», más contenido podremos permitirnos el lujo publicar.

Debemos procurar, eso sí, publicar entre 3 y 8 historias al día para demostrar al algoritmo de Instagram que estamos allí presentes y que tenemos disposición a interactuar con la audiencia.

Si acontece por supuesto algo que se salga de la rutina (un evento, por ejemplo), podemos aumentar el número diario de «stories» publicadas.

4. Unir fuerzas con otros instagramers

Creando «stories» al alimón con otros creadores llegamos potencialmente a más personas que en último término pueden convertirse también en nuestros «followers».

A la hora de colaborar con otros instagramers en nuestras historias debemos intentar, eso sí, que nuestros valores y los suyos están alineados en la medida de lo posible.


 Sí, el flequillo que no da miedo hacerse (y que tampoco hay que pensarse mucho) es una de las tendencias madre de los próximos meses. Así lo confirman los desfiles

Flequillos largos y abiertos. ¿Quién no ha hecho alguna vez en su vida beauty esta búsqueda en Google? Al fin y al cabo, son la mejor manera de iniciarse en el mundo de los flequillos y la mejor opción por si la cosa sale mal y no nos gusta el resultado (si el flequillo sobrepasa la altura de la mejilla se pueden recoger detrás de las ojeras). Pues bien, aunque este tipo de flequillos siempre han estado ahí -que se lo pregunten a Brigitte Bardot y a su famosísimo flequillo cortina-, desde hace unos meses los flequillos fáciles al pómulo viven su momento de gloria. Y, a juzgar por las tendencias para la próxima temporada otoño-invierno 2021/2022, seguirán viviéndolo. No es de extrañar, es un tipo de flequillo que pone de acuerdo a todo el mundo en cuanto a sus bondades -son favorecedores, ligeros y suavizan facciones no deseadas, dicen los expertos- y por lo general sientan bien a todo tipo de rostros. Basta con echar un vistazo a las propuestas de pasarela para comprobarlo: el abierto y descontextualizado visto en Dsquared2 y Coach; el flequillo al pómulo con corte bob de Temperley London; el ladeado de Alberta Ferretti y la versión cortina en versión XL que ha lucido sin parar la modelo Steinberg en varios desfiles. Todos son buenas opciones para iniciarse. Porque si estás leyendo esto es muy probable que seas amateur en el mundo de los flequillos y necesites saber ciertas cosas antes de elegir:

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    Los flequillos largos y ligeramente irregulares crecen mejor que los flequillos tupidos y cortos ya que se terminan integrando con la melena y no quedan descontextualizados.
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    Cuando te cortes el flequillo por primera vez, date tiempo a ti y a tu pelo para aprender a domarlo. Los flequillos largos son fáciles de peinar, pero al principio los mechones delanteros tienen que acostumbrase a esa nueva posición que adquieren. Por eso las primeras veces no son tan fáciles de peinar.
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    La mejor forma de peinar un flequillo largo es usando secador y los dedos directamente, bajando hacia abajo el cabello por si hubiera remolinos. La plancha es casi mejor obviarla en este tipo de flequillos ya que son más naturales y alborotados.
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    El champú en seco puede ser un gran aliado. No solo para solventar esos días en los que el flequillo tiende a engrasarse (y el resto de la melena no), sino también como texturizante. Y sí, la combinación flequillo + coleta para un bad hair day es perfecta.

 Incluir estos alimentos en la primera comida del día te va a ayudar a fortalecer tu pelo y tenerlo más sano y bonito. Lo dice la estilista María Baras

Sí, la dieta del pelo bonito existe. Ya hemos hablado de ello largo y tendido. Pero esta vez vamos a ser mucho más concretos. Y en lugar de enumerar todos esos alimentos que aportan a nuestro pelo los nutrientes necesarios para cumplir los mandatos de una súper melena (sana y bonita, porque si una cosa no existe la otra), vamos a centrarnos en el desayuno perfecto para tener un pelo fuerte.

María Baras, directora de Cheska y la estilista española de las celebs –no en vano por sus manos pasan, entre otras, las cabelleras de Marta Hazas, Nieves Álvarez y Marta Nieto–, acaba de lanzar un libro que promete convertirse en el manual de pelo definitivo que todas deberíamos leer alguna vez en la vida. Se llama Tú también puedes tener pelazo (Ed. HarperCollins Ibérica) y, aunque próximamente tendrá su versión en papel, ha nacido en un formato digital muy adaptado a las circunstancias. Teniendo en cuenta que Baras es una de las estilistas que mejores trucos de pelo cuenta –de ella aprendí que es imprescindible cepillarse el pelo ante de lavarlo, que es mejor peinar una melena midi con un paddle brush que con un cepillo redondo y que mover la melena de un lado a otro mientras se deja secar al aire es la mejor manera de dar volumen a la raíz–, su libro promete. Y precisamente en esa especie de biblia capilar que acaba de escribir, hemos encontrado el desayuno perfecto para tener súper melena: tostada de aguacate con huevo. Todo junto y sin prescindir ni de uno ni de otro. Al fin y al cabo el huevo, tal y como explica Baras en su libro, es uno de los alimentos más ricos en vitamina B12 y eso significa que es “proteína en estado puro, lo que mantiene fuerte el folículo piloso, ayudando a que este no se rompa. Contiene también biotina y minerales como cinc y fósforo”, afirma. Y nos da otro detalle que poco tiene que ver con la dieta pero sí mucho con el huevo: la costumbre que existen en algunas culturas de usarlo como “cataplasma tópica”. Aunque Baras descarta la idea de embadurnar el pelo con huevo por el engorro que supone, no descarta que se utilice como ingrediente en alguna mascarilla casera de brillo e hidratación.

Respecto al aguacate –ese alimento que resiste a las tendencias y desde hace tiempo ostenta la categoría de alimento de moda–, Baras recala “en sus mil vitaminas –C, K, B5, B6 y Es –, en su contenido de ácido fólico y potasio y en su 77% de grasas saludables buenas para la piel y el pelo".

Por cierto, otro alimento del que habla Baras en su libro para fortalecer el pelo es del yogur griego. Es una fuente buena de vitamina B “que activa el flujo de la sangre y mantiene sano el cuero cabelludo”. Así que también puede ser otra alternativa para completar un desayuno sano que, además, ayude a tener pelazo. Y un detalle más para las escépticas que se entregan a las bondades de los productos capilares sin tener en cuenta lo importante que es la alimentación para el pelo. Baras dice que a menudo detecta cuando una de sus clientas se ha puesto a hacer una dieta sin control solo con tocarles el pelo. Nada más que añadir.


 

Con el mensaje de "Menor impacto, un mundo mejor", la firma de moda extiende su campaña para todas las líneas: Woman, Man y Kids.

Algunas de las tecnologías utilizadas en la creación de las prendas son el láser o el ozono, con el fin de proporcionar soluciones sostenibles y eficientes para el lavado y acabado de cada una.

“Gracias a la innovación y adaptación de tecnologías y procesos sostenibles estamos creando colecciones que nos ayudan a reducir nuestra huellas”, ha señalado Beatriz Bayo, directora de RSC de Mango.

Por otra parte, la compañía trabaja por conseguir sus objetivos de cara a 2025. Uno de ellos es que el 100% del algodón utilizado provenga de fuentes sostenibles y que el 50% del poliéster sea reciclado. Asimismo, para 2030, el objetivo es que el 100% de las fibras celulósicas utilizadas sean de origen controlado.


 

La pandemia ha puesto sobre la mesa muchos de los problemas que la industria escondía bajo el mostrador. En el futuro compraremos menos, pero mejor (y más caro).

Cuando hace casi un año estalló la pandemia del coronavirus en la cara de Europa, la inmensa mayoría de las firmas de moda terminaban aún de recolocar sus estantes con los coloridos tonos de la nueva colección primavera-verano. Algo así le pasó a la fundadora de EMES, María de Miguel: “Nos acababan de entregar muchas prendas, pero otras estaban en plena producción o tenían que empezar a confeccionarse en esas semanas”. El tamaño manejable de su compañía y la atemporalidad de sus propuestas hicieron que pudiera guardarse para 2021 mucha de aquella ropa, antes de cerrar completamente la tienda online. “Entonces nadie pensaba en los números, yo solo quería que toda la gente del taller se pudiera quedar en sus casas. Pero cuando la situación empezó a relajarse, llegaron las facturas y tuvimos que retomar las cuentas”, recuerda la creativa.

Es una perogrullada señalar que, como en tantos otros sectores, cerrar a cal y canto durante semanas supuso una catástrofe para la industria. El carácter efímero de la propia moda y los millones de prendas primaverales, languideciendo en almacenes de todo el mundo, agravaban la situación. ¿La solución más rápida y extendida en aquel momento para deshacerse del problemático inventario? Los descuentos. La web multimarca de lujo Net-a-porter por ejemplo mantuvo de media, durante el mes de marzo, el 30% de su inmensa oferta rebajada. Un porcentaje impensable solo un año antes, cuando esta cifra era solo del 1%.

De Miguel escogió otro camino: “Necesitábamos liquidez, pero el riesgo tenía que ser mínimo, así que sacamos una pequeñísima colección y pusimos en preorder [a la venta antes de su producción] uno de nuestros básicos, el cárdigan Felipa”. La chaquetilla no solo no tenía descuento, sino que además las clientas adelantaban el dinero sin saber exactamente cuándo les llegaría su pedido que, en cualquier caso, se retrasaría algunas semanas. Funcionó: solo el primer día entraron más de 120 órdenes de compra de esta prenda de punto, tejida en un taller familiar.

No es la única que apuesta por ideas diferentes para gestionar su inventario: el modelo del hecho por encargo triunfa para la francesa Maison Cléo o la gallega Andión, mientras que en Telfar lo utilizan puntualmente para su bolso superventas; otras, como la estadounidense Dôen, la francesa Sézane o la española Babaà, han crecido con un sistema que reduce al mínimo los descuentos, que quedan relegados a ventas o reducciones puntuales. En la cúspide de esta pirámide de la alergia a la rebaja están maisons de lujo como Chanel o Hermès, que también confían en despachar sin tener que abaratar sus precios. ¿El denominador común de todas? Ninguna depende de intermediarios para colocar sus productos. Ya sean las marquitas independientes o las grandes maisons que mueven miles de millones; con tiendas online o con miles de locales propios repartidos por el globo, todas tienen línea directa con el consumidor, sin pasar por grandes almacenes o multimarcas.

Así lo resumía hace unos semanas en el podcast de Sam Sanders la crítica de The Washington Post, Robin Givhan: “No quiero culpar a la víctima, porque la pandemia ha sido especialmente dura con los grandes almacenes, pero en muchos casos se centraron en vender más. Cada temporada más que la anterior. Saturaron a los consumidores con novedades”, explicaba. “No son los únicos culpables. Hay mucho que señalar, pero entre las razones por las que las marcas empezaron a producir tantísimas colecciones estaba que las tiendas pedían más flujo de novedades para colgar en sus perchas. El problema era que los productos no permanecían a la venta mucho, enseguida eran desalojados para hacer hueco a lo nuevo, así que las prendas empezaron a venderse rebajadas tras poco tiempo. Las oportunidades de que se pagaran por ellos el precio completo eran ínfimas. Entrenaron a los consumidores en saber que, si esperaban un par de semanas, esas piezas serían rebajadas. Así que los clientes se han hecho reacios a comprar si no es con un descuento”. Los datos lo corroboran: en los años previos a la crisis más del 40% de los productos de moda se compraban con alguna rebaja, según el estudio Fashion on climate de la consultora McKinsey. “Ha sido una estrategia utilizada por algunos actores del canal retail, efectiva mientras se ha correspondido con una realidad de demanda”, vaticina Tatiana Valoira, socia consultora de teamUp y profesora de EAE Business School. “La cuestión es que la demanda hace tiempo que ha cambiado, generando un desajuste estructural entre oferta y demanda”.

Pero la pandemia que todo lo frenó puso el contador a cero y alineó la llegada de las colecciones con la estación climática, devolviendo el poder del precio a las marcas. La empresa de datos Edited ha observado que el primer mes de 2021 supuso borrón y cuenta nueva para múltiples compañías: “Analizando las campañas de marketing de más de 500 minoristas de Estados Unidos y Reino Unido se revela que la palabra ‘nuevo’ se usa un 17% más que la palabra ‘rebaja”. Además, hay menor exceso: identifican que la llegada de nuevas referencias es un 46% menor que en enero de 2020.

Nuevas reglas para un juego más pequeño

No cabe duda de que vender menos cantidad es beneficioso para el planeta. Pero ¿se puede mantener el nivel de crecimiento previo reduciendo las compras a la mitad? Volviendo al ejemplo de Emes así lo ha conseguido, a pequeña escala: “Nuestras colecciones ahora son un poco más pequeñas, pero más pensadas. Pero seguimos trabajando con los mismos, que para mí era muy importante porque son todo talleres pequeños. Hemos encontrado un equilibrio que nos permite continuar”. En la última temporada han repetido el modelo por encargo para una chaqueta bordada a mano, Florentina, que ha agotado todos sus hilos. “Creo que a partir de ahora Emes va a ser así: combinaremos los básicos con cápsulas más reducidas y piezas muy especiales. Siempre pensando en el ‘compra menos, pero que te dure toda la vida’. Este es el tipo de moda que queremos hacer”.

Para reequilibrar de nuevo la balanza, las firmas de moda deben colocar en su platillo un incremento de valor añadido. “El sector moda ya era un sector maduro que se caracterizaba por un crecimiento reducido, una disminución de márgenes y descenso de rentabilidad. El escenario próximo acentuará esta realidad”, vaticina Valoira. “Comprar menos y mejor, así como la demanda de sostenibilidad, son dos tendencias de hábitos de consumo en el sector textil moda que vienen observándose desde hace algún tiempo y que están sufriendo una clara aceleración”. Una oferta de calidad es inexcusable, pero tampoco es suficiente. Para resolver parte del problema las firmas fijan su atención en el exceso de existencias, para no volver a meter la pata en ese aspecto, mientras buscan contrapeso entre precio (que sube) y volumen (que baja).

Muchas son las grandes casas de lujo que ya exploran estos senderos. A Capri Holdings, el conglomerado dueño de Michael Kors, Jimmy Choo y Versace, le ha funcionado durante la campaña de Navidad: aumentó sus márgenes vendiendo más productos sin abaratarlos y recortando su inventario, que se redujo un 18% en comparación al año anterior. Entre los objetivos de Burberry también está acabar con las rebajas exageradas que empeoran la imagen de sus propuestas a los ojos de los consumidores de lujo. Victoria Beckham, por su parte, anunciaba hace meses que reduciría sus referencias entre un 30 y un 40%. “Por primera vez en mis más de 12 años en Coach, estamos logrando reducir la rotación de inventario mientras mantenemos el margen bruto”, relataba el presidente de la casa americana, Todd Kahn, al presentar sus resultados cuatrimestrales el pasado mes de junio. “He hecho que el inventario se convierta en un indicador clave de rendimiento para el equipo”.

Menos colecciones, menos prendas y menos descuentos, pero mayor atención al mercado y a la buena gestión de compras de las compañías. También sistemas imaginativos como el preorder o innovaciones tecnológicas basadas en el big data dibujan el futuro más inmediato. Reebok, por ejemplo, testea con sus seguidores los nuevos diseños de zapatillas, antes de producirlas, en su aplicación First Pitch. La española Macarena Shoes, especializada en alpargatas cosidas a mano, tira de fábrica propia en La Rioja: “Es una suerte porque así tenemos mucha más agilidad. Para la próxima temporada hemos ido con pies de plomo y hemos ajustado mucho más. Solo iremos sumando stock a los modelos que veamos destacar”, revela el responsable de exportación y ventas de la enseña, Francisco Calatayud.

¿Existe riesgo de volver a las andadas? No lo cree la experta de EAE Business School, Tatiana Valoira: “Tendremos un ritmo más sensato porque lo dicta el mercado; y el mercado será otro. Hace tiempo que la realidad está cambiando, pero este cambio va a ser más intenso y acelerado. Ahora mismo ningún estudio prevé un escenario de vuelta al exceso”.